En ese período, durante el primer mandato de Lula da Silva, se estima que había cerca de 3.000 radios comunitarias en Brasil, desempeñando un papel crucial en la cultura local. El Entre-Mundos, programa del amigo Engels, era una revolución positiva y una evolución.
El nombre de Anderson fue borrado de Internet, al igual que el mío, pero sigo, yo, luchando. Luego venía América, la chica de la foto, conocida como Méri, con un programa similar. Quien tuvo la experiencia de participar en una radio de ese estilo puede evaluarlo bien. Era genial. Era divertido.
Comentábamos los temas del momento con una visión artística, marxista, aguda… esas formas y visiones inherentes a los artistas, sin filtros entre lo que pensábamos y lo que decíamos. En esa época, la radio comunitaria era una plataforma significativa de comunicación underground.
PRIMERAS PERSPECTIVAS
Primero, Internet ocupó el lugar del añorado radioaficionado, que era un equipo usado para sintonizar cualquier radio en cualquier parte del mundo. Pasábamos la noche cambiando sintonías y diciendo “cambio”, hasta encontrar a alguien de otra parte del mundo.