Rafael Hanuman

¿Saben quién es la pelirroja de la foto? Maria Eduarda Loch. Una modelo fotográfica. Parece obvio, pero lo obvio para los comunes es la sabiduría de los sabios. Digo esto porque se debe profundizar más en el asunto.


Conocí a esta chica viajando de Camboriú a Itajaí, ciudades vecinas en Santa Catarina. Estaba en una fase algo de líder espiritual, aún siendo llamado para algunos trabajos de moda, y ella empezó a hablar sin parar...


Le di algunos consejos, pero dos cosas quedaron marcadas en mí sobre la chica, que hoy ya no es una chica. Una era que se trataba de una pura sangre. Blanca, en el sentido blanco de la palabra. Pelirroja de verdad, toda pelirroja.


Toda pelirroja, de pies a cabeza, ojos azules... bueno, sangre pura, purísima. Un estereotipo encarnado. Un biotipo. Eso era la pelirroja. La segunda es que era pequeña. Para ser modelo de pasarela, no daba. No muy pequeña, pero pequeña.


Para ser modelo, es imprescindible ser, al menos, de mi tamaño. Y la chica era pequeña. Pero al mismo tiempo, era grande. Ella logró hacerlo sola. Sobrevivir en el mercado de la moda con cerca de 1,65 m, 1,70 m, era improbable.

Para las fotos no hay problema. En este caso, solo es necesario que todos los modelos sean pequeños. Así se resuelve todo.


De allí hubo el éxodo de profesionales, Occidente se vio a sí mismo como la matriz intelectual del mundo, y recibieron un golpe, la industria textil brasileña quebró, y consecuentemente la industria de la moda quebró.


Pero esta chica nunca dejó de publicar trabajos en su Facebook. Y eran trabajos buenos, porque debe ser imposible tomar una foto mala de ella...

Pero ella sobrevivió siendo modelo. Bueno…, ¿saben lo que eso significa? Significa que ella es una modelo.


Los profesionales se distinguen así: ellas sobreviven a las crisis. Y no tienen trabajos malos.